miércoles, 15 de junio de 2016

Alejandro Aragón: entrevista



El desafío y la historieta digital

Los cuadritos virtuales, los teléfonos y el papel. La nueva historieta está por llegar. La pasión por el dibujo y el cómic de autor. La historieta como desafío.

Por Leandro Arteaga

“Estoy trabajando en un montón de cosas, tratando de direccionar mi carrera hacia proyectos de autor y de publicar también acá, así que estoy bastante ocupado y con mucho en mente”, le dice el dibujante rosarino Alejandro Aragón a Rosario/12.

Graduado en Psicología pero con el deseo puesto en el tablero, Aragón ha paseado su nombre por las páginas de editoriales norteamericanas como Shadowline, Image, BOOM! y Dark Horse. Su impronta alcanza también a franquicias como 28 Days Later (basada en la película Exterminio) y Robocop. Lo que le motiva por estos días es absolutamente novedoso.

“Estoy trabajando full time para Stela, una compañía nueva que piensa abarcar el mercado de cómics para teléfonos, a través de los iPhone y a fines de año posiblemente con Android. Son muy profesionales, y me resultó un desafío. Se trata de un proyecto de autor, junto con el guionista Wiliam Harms. Cuando arrancó, teníamos prohibido hablar de la compañía, por la competencia. Ahora, a partir de la inclusión del editor Jim Gibbons, que viene de Dark Horse, se han sumado muchos artistas que son parte del presente fuerte del cómic en Estados Unidos”, comenta el dibujante.

-Hablar de historieta digital resulta todavía muy nuevo.

-Totalmente, pero está teniendo mucha repercusión. Arrancó mucho mejor de lo que esperaba, cuando empecé a ver los nombres de quienes se incorporaban empecé a entender que estábamos frente a algo muy importante.

-¿Cómo se va a publicar tu trabajo?

-Estamos realizando una serie de 13 capítulos, y para cuando salga voy a tener que tener realizados bastantes, porque se van a publicar a un ritmo de uno por semana. Me llevó un dolor de cabeza ajustarme a lo que me pedían, porque la idea es que cada capítulo tuviera una longitud equivalente a 8 páginas de comic-book, pero con la pantalla entendida como una viñeta, la que a su vez puede subdividirse en dos o tres, más no porque ya se vuelve ilegible por la dimensión del teléfono. Hay que tener en cuenta que no se puede ampliar la imagen para la lectura, sino que es un cuadro fijo, tiene que haber precisión. Por otro lado, el formato tiene ciertas limitaciones, acá no hay “widescreen”, no contás con los costados, así que hay que buscar la manera de mover la cámara, de dar profundidad a la escena; a veces hay que partir la viñeta, para sugerir y completar con la viñeta siguiente. Es un trabajo donde el comienzo fue lento.

-¿Y la historia?

-Hasta donde puedo decir, es un cómic de terror y suspenso, cuyo protagonista pierde a su mujer en un accidente aéreo, cae en una depresión y comienza a tener alucinaciones, a la manera de indicios que le dicen que se dirija a tal lado para volver a verla. Él sigue estas pistas y comienza a descender por los subterráneos de Manhattan. A partir de ahí, la trama tiene un giro.

-Ya que hablamos de cómic digital, ¿incorporás las nuevas tecnologías en tu dibujo?

-Trabajo sobre papel, pero incorporé ahora los bocetos digitales, porque facilitan la composición y la profundidad, luego los imprimo y completo con lápiz o directamente con pincel, no borro lápices, es más rápido. Encontré en el pincel una fluidez y soltura que hace que entinte casi todo con pincel número 1, y trabajo con un lápiz que casi no está definido; o sea, hago un boceto, lo completo a medias, concentrado en la forma, y dibujo los detalles en pincel, así gano tiempo; si le tengo que hacer a una persona la campera le hago la forma y los detalles en tinta.

En otro orden, con la convención rosarina Crack Bang Boom el vínculo entre artistas ha crecido exponencialmente. Uno de estos ejemplos es la relación que Aragón ha establecido con el cordobés Damián Connelly. “Lo conocí en la CBB del año pasado y coincidimos en las ganas de desarrollar un proyecto donde hubiera un diálogo distinto. Por mi parte, el vínculo que tengo con los guionistas es a través de las editoriales, sin una interacción que te permita visualizar más la historia; con Damián tengo esa ventaja, así que nos sentamos y planeamos lo que queremos hacer, tenemos pensadas varias cosas.”

Un buen ejemplo del saber narrativo de Alejandro Aragón se encuentra en la revista local Quimera #4 (Rabdomantes), un unitario en donde se distingue su profesionalismo, con puestas en página que dialogan entre sí, desde el concepto global del montaje gráfico. “La dibujé en 2011 para una antología, en Estados Unidos, luego fue reeditada en otra antología de terror. Como los derechos se habían vencido, hablé con César (Libardi, el editor) para publicarla acá y le gustó.”

-¿Qué temáticas te motivan?

-Ese es el gran dilema, me fui formando con una base realista, pero admiro a los artistas que trabajan más sueltos, con una relación distinta con la realidad. Me gusta más explorar las estéticas de toque personal. En cuanto a temas no tengo género predilecto; si bien elijo quedarme en el suspenso, el policial, el terror, no tengo uno favorito. Lo que me gusta mucho es trabajar con determinados guionistas, a los que al leer unas líneas sé que quiero trabajar con ellos. Necesito que las historias sean creíbles, con personajes a los que se pueda sentir, que sean emotivos. El desafío de ir hacia algo nuevo me motiva, me aburro de ver cómics iguales, de que te contraten por hacer lo mismo, de tener que respetar a los personajes. Creo que mucho de lo mejor que se hace hoy está en Image, donde están yendo muchos de los artistas de Marvel y DC porque pueden retener los derechos de sus obras. Image, de hecho, empezó a vender mucho por este motivo.

Image, por otra parte, ha sido la casa editora de uno de los primeros trabajos de Alejandro Aragón, cuyos lápices supieran asistir, en sus inicios, a los de Leandro Fernández, otro de los grandes dibujantes de por acá, con trayectoria internacional. Así que vale estar atento, porque el enigma que es la historieta digital tiene hoy en Aragón a uno de sus pioneros.

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