martes, 8 de julio de 2014

Francisco Paronizini: entrevista


Historietista de páginas que vuelan

Dueño de un pulso narrador preciso, Francisco Paronzini dibuja historietas para Estados Unidos, Canadá y Grecia. A punto de estrenar un nuevo libro. La falta de contacto con el público de la ciudad.

Por Leandro Arteaga

La historieta en Rosario circula de modo errático, se sabe. Sin embargo, de un tiempo a esta parte se ha consolidado una manera posible, que encuentra lugar en el mercado extranjero y permite el logro profesional de los dibujantes. Nada es perfecto, el precio a pagar es el desconocimiento que sobre ellos la ciudad tiene.
No se trata de una mirada melancólica, que disipe penas en tiempos pasados, sino de subrayar el empecinamiento de los artistas. Entre ellos, destaca Francisco Paronzini, con estudios en Bellas Artes (UNR) y una obra que conoce publicación en muchas de las más importantes editoriales estadounidenses. El recorrido de Paronzini suma muchos años y páginas, y el dibujante tiene bien en claro que “el contacto nuestro con el lector (de Rosario) es prácticamente nulo”.
Eduardo Risso es quien siempre aparece como nombre señero. Con él han tenido contacto profesional muchos de los dibujantes de la ciudad. Porque “Risso es quien formó a la mayoría de los que estamos publicando afuera”, explica Paronzini. “En mis comienzos iba a un taller donde Marcelo (Frusin) era el profesor y Leandro (Fernández) compañero. Hacíamos historietas como un placer y nada más, no teníamos aspiraciones profesionales, nos juntábamos en el taller por hobby. Hasta que aparece Eduardo, que venía publicando en Europa con mucha producción de páginas, y necesitaba un ayudante. Así fue cómo entró Leandro, luego Marcelo, después aparecí yo. Ahora está Germán Peralta, quien en cualquier momento también ‘vuela’. Risso fue el formador, quien nos fue bajando línea, indicando por dónde era el camino.”
Al lector desprevenido, bien viene comentar que Frusin está en estos momentos trabajando para Dargaud (Francia) y Fernández para Vertigo/DC (EE.UU.), en dos proyectos que son corolarios de trayectorias internacionales. Que dan cuenta de la impronta que Risso significa en tanto historietista y conocedor del medio. Si se rastrea algún rasgo estético coincidente entre todos ellos –aún cuando sean dibujantes a veces disímiles– es la sabiduría narrativa.
“La narrativa es el fuerte de la historieta de Risso, así como de la historieta argentina en general; es decir, ser narradores consistentes y tener un buen manejo del blanco y negro, algo que Eduardo maneja a la perfección”, distingue el dibujante. “Por lo general, Risso no nos corregía cuando le llevábamos nuestras propias páginas. Él no hacía hincapié en ‘esta mano o este ojo están mal’, sino que nos señalaba ‘enfocá distinto acá’, ‘poné una sombra de este lado’, ‘más clima’, el énfasis iba por ese lado, por la narrativa antes que por el dibujo. En ese sentido, nos decía ‘agarren un libro de anatomía y corrijan los errores ustedes’. Después nos hizo aprender a trabajar de manera profesional, más allá del trabajo en la hoja, a ver más o menos la manera de cómo vender el trabajo propio; porque uno puede ser un gran dibujante, pero si se queda encerrado en su casa es muy difícil lograr algo, más aún cuando en Argentina la mayoría de lo que se ve son autoediciones o ediciones de material que fue vendido afuera años atrás.”

-¿Cuáles fueron tus primeros contactos editoriales importantes?
-Mi primer trabajo para la editorial Dark Horse fue Dead to Rights, la adaptación en novela gráfica de un video juego; después vino Cinnamon, la miniserie para DC, una especie de renacimiento de un personaje antiguo para el público actual. La historia original era la de una vaquera a la que le matan el padre en un asalto al banco. Lo que me tocó dibujar fue a esta vaquera ya grande, cuando uno de los hijos de los asesinos -de los que ella se había vengado- la quiere matar, pero en la actualidad, ambientado en los suburbios de Los Angeles. La historia era medio loca.
Los trabajos posteriores de Paronzini van desde un episodio de Star Wars hasta la tarea de entintador en páginas de Leo Fernández, para los sellos Wildstorm y Marvel. También ha participado de Legion: Prophets (IDW), precuela en cómic de la película Legión de Angeles (2010). Sus lápices han visitado el mundo editorial de Canadá: a través de los títulos Legion Unleashed, junto al escritor Richard Evans, y Gryfalcon, con Dino Caruso; así como el mundo editor griego: con los libros Kingdom of Light y Theoktonia, de la compañía Deimos Comics.

-¿Cómo era el proyecto de historietas digitales [Operation Ajax, Cognito Comics] donde participaste?
-Era un cómic para bajar por iPad, en donde las tapas –que es lo que yo hice– estaban animadas con el programa After Effects. Eran varios dibujos que se animaban, de manera que había que dibujar las capas por separado, a eso le agregaban sonido y voces en off, y resultó en una manera de leer historieta bastante particular, era multimedial, casi un intermedio entre película y cómic. Se compraba en tiendas de Apple. Hice dos tapas, el equivalente a veinte páginas convencionales.

-¿Es posible mantener la continuidad laboral?
-Por lo general, si el proyecto es muy grande me aboco completamente, y cuando faltan diez, quince páginas –más o menos un mes para terminarlo- empiezo a tirar línea para ver qué más puede surgir y no tener un bache muy grande entre un trabajo y otro. A veces es inevitable, pero más de una vez las propuestas se superponen.

-¿Qué es lo que estás haciendo ahora?
-Estoy con una novela gráfica, Hugo Broyler, para Magnetic Press, una editorial norteamericana nueva, que saca su primer libro. El dueño de la editorial es Mike Kennedy, el escritor con el que empecé a trabajar cuando dejé de hacerlo con Risso. Se mantuvo una relación de amistad, que conservamos durante las veces que pude viajar, cuando estuvimos en las convenciones de San Diego y Nueva York. Tiene una gran carrera de escritor, trabajó también en videojuegos, y junto a otro editor fundaron Magnetic Press. El libro está anunciado para noviembre, tiene más de 70 páginas y formato tapa dura.
En la historieta, Hugo Broyler está decidido a recuperar su vieja gloria en los circuitos de carreras, en un futuro cercano donde el riesgo de vida se tiñe con promesas de fama y fortuna. La puesta en página de Hugo Broyler puede disfrutarse en www.sequentialink.com/comic/hugo-broyler, así como muchas de las ilustraciones del autor en http://franciscoparonzini.blogspot.com.ar/.

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