miércoles, 30 de abril de 2014

Inst. Luis Braille: Cine con audiodescripción y subtítulos


Cuando la banda sonora es original


Cine y radio inclusivos son parte vital de la tarea que impulsa el Centro de Rehabilitación Luis Braille. Películas con audiodescripción y una radio que busca su frecuencia para el logro de una inclusión real.

Por Leandro Arteaga

“La radio vive de la audiencia, si no tenemos a quien llegar es muy difícil sumar fuerza; si tuviéramos una frecuencia, sería mucho más fácil” explica Alejandro Guillermero a Rosario/12. Alejandro es operador en Radio Luis Braille, provista de una variada programación con emisión on-line (http://www.radiobraille.com.ar/), en estos momentos en trámites ante la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA). “Es muy burocrático, pero tenemos mucha fe de que va a salir” comenta el exalumno del Centro de Centro de Rehabilitación “Luis Braille” (España 528).
Durante el lunes 14 de abril, la radio fue el enlace perfecto para dar cuenta de la presentación, en Tecnópolis, del proyecto de Cine Inclusivo Rosario. La propuesta sigue adelante con un ímpetu que ya ha alcanzado unas doce películas, posibles de ser disfrutadas con audiodescripción y subtítulos. “En la ley de medios –explica Guillermero– ya está contemplada la audiodescripción, el trabajo que hacemos nosotros es el que tendrían que hacer las productoras. Es muy sencillo de incorporar. Al hacer un dvd, al menú de idiomas no habría más que agregarle el audio en español que lo contemple”.

-¿Cuáles son las características de la audiodescripción?
-Lo que hacemos es agregar una voz en off, que describa con palabras lo que sucede en la película. Por ejemplo, hay una pareja caminando por una playa: si van de la mano sin hablar, lo que hacemos es describir por dónde están. Pero no queremos que sea demasiado invasivo; si en una escena hay sillones de distintos colores no describimos de qué colores se trata, mejor que el espectador los imagine. A las personas que ven, la voz en off no les molesta. Tuvimos una experiencia en un geriátrico donde proyectamos El secreto de sus ojos, y los abuelos quedaron chochos porque habían entendido lo complejo de la película, en función de las idas y vueltas entre presente y pasado. Elegimos películas que sean, dentro de todo, cercanas a lo que se está exhibiendo, como fue el caso de Un novio para mi mujer o Corazón de león. Una vez elegida, se le consulta y pide permiso a la productora. A través de un mail le explicamos qué es lo que vamos a hacer, que no vamos a lucrar, y que no vamos a tocar la imagen o sonido originales. Como respuesta, nunca tuvimos un no.

-¿Cómo es la dinámica del trabajo?
-Comienza a través de una guionista, Mariela Rondelli, quien empieza a escribir lo que le parece debiera decir la audiodescripción. Una vez que termina, pasa a corrección, algo que hacemos entre Mariel Massari –la Directora del Centro Braille–, Pablo Colongo –el psicólogo– y yo. Lo que hacemos es “censurar” (risas) a la guionista, porque a veces hay cosas que están demás, obviedades. Somos muy quisquillosos con ese tema. Una vez que tenemos todo ese guión corregido, luego de muchas horas de trabajo, el texto pasa a la grabación con locutores, en la radio del centro de rehabilitación. Después el audio se edita, y la profesora Elena Marull es quien se encarga de pegar el audio con la imagen original. ¡Imaginate el trabajo que tiene esa mujer! También se agrega un subtitulado para las personas con discapacidad auditiva. De manera tal que la persona que ve, pueda ir con una persona ciega o sorda. A nadie le molesta el audio que se agrega a la película.

-Deben experimentar muchas satisfacciones...
-Venimos trabajando desde 2009, pero no funcionamos como querríamos. Si bien nos llaman de varios lugares –hemos viajado a Mendoza, Corrientes, Córdoba, Buenos Aires, Mar del Plata–, sin cobrar nada más que los viáticos, en la provincia de Santa Fe nos cuesta horrores. Lo que hacemos aquí es presentar las películas en la Fundación del Diario La Capital, y la Municipalidad nos da un dinero para cada oportunidad, ésa es la única relación que tenemos con el municipio y la provincia. Es muy difícil concientizar a las personas sobre la importancia del cine inclusivo. En cada presentación, después de la película, preguntamos a los asistentes qué les pareció, qué les gustaría agregar o quitar, con el fin de mejorar nuestro trabajo. Y ya tenemos los permisos para la película Metegol, que va a ser difícil, nos va a llevar muchísimo tiempo. 
 

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