lunes, 29 de junio de 2009

Radio Dossier: Films en guerra

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La verdad que el género "bélico" no es algo que atraiga en demasía a los que hacemos Linterna Mágica; pero el racconto de tantos títulos, el detenimiento en algunos de ellos (maestros, sin duda, como Apocalypse Now, 1979; como La patrulla infernal, 1957), hace que elijamos todo un programa para su desarrollo. También para el análisis y el contraste que nos permite el denominado "anti-bélico". Y por si fuera poco, desmitificamos la grandeza y seriedad de títulos como La lista de Schindler (1993) y Rescatando al soldado Ryan (1998).


Emitido por
Linterna Mágica el 26/06/2009


Intervienen: Bendersky, Arteaga, Tolj, Milano, todos orgullosos desertores del Séptimo de Caballería.

Descargar:
Parte 1: Apocalypse Now
Parte 2: repaso memotécnico y fílmico sobre el género.
Parte 3: disputas entre bélico/anti-bélico. Spielberg bajo la lupa: Private Ryan y Schindler´s List.

domingo, 28 de junio de 2009

Carlos Pérez Agüero (entrevista)


Dueño y creador de la magia animada



"Yo ya había comenzado a dibujar la historieta El hada Patricia, en Anteojito, con guiones de distintas personas; y llegaron dos que eran de Héctor Oesterheld, en donde figuraba una bruja que se llamaba Cachavacha. En esos dos capítulos, yo creé el personaje físicamente. Fueron cuatro páginas nada más. Y a García (Ferré) le gustó tanto el nombre que se lo compró a Oesterheld..."

Sólo un extracto del diálogo que mantuv
imos con Carlos Pérez Agüero, uno de los legendarios dibujantes y animadores argentinos que tanto ha hecho, al que tanto le debemos, al que tanto queremos.


Emitido por Linterna Mágica
el 19/06/09


Intervienen
Arteaga, Tolj, Fiorucci.


Descargar entrevista

Ver nota en Rosario/12
(28/06/2009)






Y porque se nos vuelve imprescindible -desde el recuerdo, desde la admiración-, no po
demos dejar de citar la entrevista que pudimos hacerle, también en este programa, al igualmente maravilloso Néstor Córdoba (1929-2008).

Descargar:
Néstor Córdoba (entrevista, 24/08/2007)

Le silence de Lorna (2008, Jean-Pierre & Luc Dardenne)


El silencio que molesta

El silencio de Lorna
(Le silence de Lorna)
Bélgica/Francia/Italia/Alemania, 2008
Dirección y guión: Jean-Pierre y Luc Dardenne. Fotografía: Alain Marcoen. Montaje: Marie-Hélène Dozo. Intérpretes: Arta Dobroshi, Jérémie Renier, Fabrizio Rongione, Alban Ukaj, Morgan Marinne, Olivier Gourmet. Duración: 105 minutos.




En una primera instancia, me resulta irresistible pensar la temática de los hermanos en el cine, porque así como los belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne, son muchos otros los que también admiramos: los Taviani, los Coen, los Fleischer y, cómo no, de pie todos nosotros, los mismísimos Auguste y Louis Lumière, padres del cine.
Pero volvamos a los Dardenne y al film que nos ocupa, para señalar y celebrar su artesanía narrativa, su dignidad moral, dada por una cámara que elige acompañar personajes marginales, al costado de las luces de ciudad de tarjeta postal, con problemáticas profundas y terribles, justamente aquellas que la alfombra citadina prefiere ocultar bajo su manto para invisibilizar.
Así como con sus films anteriores –Rosetta, El hijo, El niño-, también con El silencio de Lorna los hermanos Dardenne arriban al personaje desde detalles pequeños, que se desarrollan gradualmente conforme avanza el argumento. Sabremos lo necesario: la nacionalidad belga que Lorna, finalmente y con alegría, obtiene; un marido drogadicto que intenta recuperarse y al que ella trata con indiferencia; un taxista nocturno con el que Lorna participa en tratos ilegales; un amor desesperado que separa la distancia; más el trabajo estanco y cotidiano en la tintorería (tarea para ser desempeñada –tal como destacara mi amigo Manuel Bendersky, luego de ver el film- sólo por inmigrantes).
Con estos elementos, cuya imbricación generan conflictos nuevos, mientras nos develan costados terribles y difíciles de digerir, se construye El silencio de Lorna. Es así que uno no puede menos que, valga la paradoja, maravillarse con el film. Porque es admirable desde su construcción, porque no precisa de golpes de efecto ni de discursos unívocos o políticamente correctos. En El silencio de Lorna asistimos a una de las tantas historias pequeñas que sintetizan mucho, que permiten develar una sociedad compleja, europea, y perversa.
Lorna (Arta Dobroshi, brillantemente) pareciera, por momentos, quebrarse. Porque sabe que ha obrado de manera espantosa. Aún cuando su necesidad vital la empuje a adentrarse en situaciones inmanejables, hay algo de sí misma que la corroe y que la lleva a desnudarse, a compartirse sexualmente: de forma ambigua, contradictoria, tanto como lo permite la misma manera de ser –por impredecible- femenina.
Y cuando asistimos a este foso de abismo, nos damos cuenta de nuestra posición de espectadores. Tranquilizante por una parte: porque sabemos que no estamos allí, en el problema que la pantalla nos propone; pero desesperante por la otra: porque no podemos ser indiferentes, porque el film nos arroja dentro del problema (será por ello, estimo, que varios espectadores se retiraron de la sala). La angustia, entonces, obra allí, tanto durante como luego de la proyección, rasgo que habilita a entender que el cine de los hermanos Dardenne conmueve de modo cierto o, en otras palabras, de forma artística.

Radio Dossier: Hammer Horror Films


Desde la noche profunda , se eleva la voz del conde de nuestro programa. Su "Buenas noches" resuena como eco de campana lóbrega. Atrévase a sumergirse en el mundo único, de rojos y verdes saturados, vampiros animales, y escotes para el recuerdo. Uno de los mejores capítulos en la historia del cine de horror y fantasía de todos los tiempos: los estudios ingleses Hammer Films.




Intervienen:
Count Fiorucci
, Bendersky, Tolj, Arteaga, Milano.

Emitido por
Lint
erna Mágica el 19/06/09

Descargar:
Hammer Films pt.1
Hammer Films pt.2

viernes, 19 de junio de 2009

Radio Fantástica #3: Revistas de Ci-Fi y Fantasía en Argentina


Nuestro columnista -exclusivo y sabedor como pocos- Carlos Abraham despunta datos y curiosidades sobre publicaciones inconseguibles y maravillosas. La ciencia ficción, el terror y la fantasía, de la mano de revistas pioneras, argentinas y, escuche si no me cree, rosarinas.

#4 (22/05/09)
Revistas de Ciencia Ficción y Fantasía en Argentina I. Hombres del futuro (1947). Diario Crítica. Natalio Botana. La llama eterna, de Stanley Weinbaum y la censura peronista.
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#5 (29/05/09)
Revistas de Ciencia Ficción y Fantasía en Argentina II. Narraciones terroríficas (1939-1952). Angélica Gorodischer. Robert Howard y Lovecraft por primera vez en Argentina. Editorial Molino. Palau y Luis Macaya. José Mallorquí y El Coyote.
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#6 (19/06/09):
¡Cienci
a Ficción en Rosario!
Revistas de Ciencia Ficción y Fantasía en Argentina III. Urania (1953). Julio Echeverría. La primera traducción de Philip K. Dick al castellano. El primer libro de ensayos sobre historietas: Muñecos para la eternidad. El alma de los dibujos de historieta, de Jorge Rey (1941).
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lunes, 15 de junio de 2009

Radio Dossier: Up + Pixar Studios


Espíritu de Aventura

Up. Una aventura de altura
(Up)
EE.UU., 2009
Dirección: Pete Docter, Bob Peterson. Guión: Pete Docter, Bob Peterson, Thomas McCarthy. Música: Michael Giacchino. Voces: Edward Asn
er, Christopher Plummer, Jordan Nagai, Bob Peterson, Delroy Lindo, Jerome Ranft. Duración: 96 minutos.


¡Otra vez! ¡Por fin, qué bien, qué bueno! Otra película Pixar para ver (y rever) y reseñar hasta el cansancio (el cual, convengamos, nunca ocurre). Porque no será redundante recordar, resaltar, subrayar, la excelencia que dentro del ámbito de la animación –y para el cine todo y, sobre todo, norteamericano- significan los estudios Pixar. Entre tantos títulos magníficos prefiero, para el recuerdo del lector, sólo mencionar mis favoritos: Monsters, Inc. (2001) y Wall-E (2008). Ahora también, claro, Up.
Tampoco vendrá mal recalcar en la independencia creativa que dentro del imperio Disney (alicaído, triste y reiterativo) los estudios Pixar han posibilitado, más el vínculo de relieve que profesan y practican con los viejos animadores del estudio del ratón, fuente de inspiración laboral y creativa. Porque en los films Pixar se respira amor por el cine, sea tanto desde la misma genealogía cinéfila como también por sus guiones esmerados e inteligentes. Nada hay en ellos que signifiquen golpes bajos, chistes fáciles (para algunos, “adultos”), o referencias tontas por televisivas.
Será por esa atención a lo hecho –a lo bien hecho-, que estos films parecen estar destinados a ser clásicos inmediatos. Y Up no es la excepción. Menos aún cuando uno no puede desentender los rasgos de su protagonista principal –un viejito soñador y vendedor de globos- con los del actor Spencer Tracy: rostro cuadrado, pelo ondulado y cano, anteojos de marcos gruesos. O lo que el film refiere como cita cinéfila y aventurera: perseguir aquel sueño de infancia como válvula de escape, como faro para encontrar la Aventura (así, con mayúscula) en ámbitos verdes y tropicales, de la misma manera en que Tarzán o King Kong nos lo supieran, desde el cine, enseñar.
Y todo ello desde un perfil de personajes creíbles por saber alejarse, precisamente, del moralismo habitual y sus finales felices. El viejito Carl es, antes que cualquier otra cosa, viejo. La atención del film está depositada allí, en un personaje tipo donde el mismo cine (como espejo social que es) elige no reparar. Es viudo y nunca pudo ser padre. Y vive con dolor la ausencia de su amada, mientras su casita otrora colorida se vuelve gris, y edificios todos iguales y gigantes amenazan con aplastarlo, junto con la compañía de dentaduras que sonríen desde folletos de casas de descanso.
Lo acompañan muchos recuerdos, pero también un niño boy-scout empecinado en ayudarle, la necesidad de mantener su casa más liviana para sostener el vuelo de los globos, y el inevitable reencuentro con el héroe de su niñez, perdido en océanos de tiempo, tan vulnerable y humano y falible como cualquiera.
Hacia allí se dirige Carl, mientras de a poco quita lo huraño de su rostro y se vuelve más feliz. Tanto como –corrobora uno- el mismo espectador. Aquí sí, el final no puede ser mejor: el buen ánimo contagia, y con él las ganas de iniciar, otra vez, el vuelo del film.


Plus! Pixar Radio Dossier

Un repaso admirativo sobre el mundo Pixar, cortesía de Diego Fiorucci, Esteban Tolj, Leandro Arteaga, Manuel Bendersky, Gustavo Milano.

Emitido por
Linterna Mágica el 12/06/2009


Descargar Pixar Radio Dossier

Radio Dossier: Jules Verne y el cine


Linterna Mágica se declara admiradora de la literatura, genio y fantasía de Julio Verne (1828-1905). Los films sobre su obra son, tanto como sus libros, compañeros desde nuestra infancia. Algunos piezas maestras, otros sazonados con la experiencia inolvidable de las salas de cine. Verne es sinónimo también, claro está, del incipiente y gran espectáculo cinematográfico: basta recordar que uno de los primeros films que pasarán a la historia será Viaje a la luna (Le voyage dans la lune, 1902) de nuestro también admirado Georges Méliès.
Nuestras reverencias y afecto al más grande.

Emitido por
Linterna Mágica el 05/06/2009


Intervienen: Esteban Tolj, Leandro Arteaga, Manuel Bendersky, Gustavo Milano, todos cómplices del Capitán Nemo.


Descargar:

Parte 1: 20.000 leguas de viaje submarino (1954, Richard Fleischer).
Parte 2: reseña bio y filmográfica sobre Verne.
Parte 3: George Méliès, viajes a la luna, Edison, Verne.

Un destello en el cielo (2007, Kay Kenyon)


El cielo,
velo q
ue esconde aventuras

Un destello en el cielo
Titulo original: Bright of the Sky
Autor: Key Kenyon

Traducción: Álvaro Sánc
hez-Elvira Carrillo
Fecha de publicación: marzo de 2009
Formato: 23 x 15 cm
Encuadernación: Rústica con solapas
Páginas: 416

PVP: 21,95 € - ISBN: 9788498004571
Colección: SOLARIS FICCION Nº: 122
Género: Ciencia ficció
n
Otros idiomas: más de diez

El cielo estaba en llamas. Nubes altas y estratificadas hervían en un fuego blanco azulado. Parecía como si debiera cegarle, pero tras la conmoción inicial, comprendió que el fuego era brillante y delicado a la vez (…) siempre era así: el cielo, en llamas.
p. 76

Separado del ruido mundano, también forzado a callar o hablar para sí, como si sólo de un mal recuerdo se tratase, Tïtus Quinn dispersa sus horas solitarias entre trenes en miniatura, lejos de la sociedad, más lejos todavía de la corporación que lo empleara y, ahora, silenciara.
Estamos en un tiempo futuro y tecnológico y, también y como siempre, en manos de grupos económicos. Hubo un viaje que resultó en tragedia. Poco recuerda el otrora piloto Titus, pero sí lo suficiente como para saber que su esposa y su hija quedaron allí, del otro lado, en ese otro mundo que Titus insiste en llamar Omniverso. Por algún motivo, el piloto pudo volver, aunque ignora por qué y cómo, mientras Minerva, la corporación, ha obligado a callar todas las referencias sobre el hecho, pendiente de su prestigio en vuelos, en dinero, en cualquier cosa, menos en la voz de un loco.
Este mundo paralelo no existe, es imposible. Sólo podría devolver a Titus algo del rango de la verdad la misma institución que le quitara la palabra pública. Será así, entonces, como Titus podrá volver al Omniverso. Cuando Minerva le ofrezca otro viaje, entre conspiraciones y chantajes, para que Titus acepte y explore y vuelva. Pero Titus tiene también otros planes. Allí, entonces, nuestra aventura.
Asistir al Omniverso será el momento mejor para el lector: vislumbrar un cielo que explota en naranjas y bermellón, aguas color mercurio, habitantes salidos de cuentos fantásticos. Allí va a parar Titus, el legendario Titus Quinn. Porque mucho se sabe de él, aunque poco sea lo que recuerde sobre sí mismo. El periplo de Titus sabrá entretejerse, por ello, desde distintos lugares: el pasado lentamente recobrado (a veces doloroso), las historias paralelas (y que uno augura se encuentren), los aliados y enemigos olvidados, la elegancia sobrenatural y terrible de los tarig, la adoración y el temor que profesan, y la prosecución de una misión que se debate entre la obligación y el deseo.
Uno no puede olvidar el vínculo que nos despierta el libro de Kay Kenyon respecto del plot legendario y de historieta que movilizara a Juan Salvo en El eternauta (1957-59, Oesterheld/Solano López). Tanto allí como aquí, los protagonistas acarrean una pena que los consume y los obliga a nuevas aventuras. Muchas tristes, otras mejores, pero con la angustia sobre sí: recuperar la familia perdida. No sabemos, todavía, cuál será el destino final de Titus Quinn, pero sí que una vez a bordo de sus pesares y recuerdos recuperados, los lectores vamos a querer continuar consigo para saber y, sobre todo, para disfrutar.
Un destello en el cielo es el primero de los libros que componen la serie que Kay Kenyon dedicara a este melancólico protagonista y su mundo de Aventuras: el Omniverso. A World Too Near (2008) es su continuación (pronto a ser publicado también por La Factoría de Ideas), más un tercero, City Without End, que la autora tiene en preparación.
Elegiré detenerme, por último, en las gondi, creaturas sobrenaturales (pero naturales para el Omniverso), que guardan un parentesco muy familiar para nosotros, los simples humanos. Descubrir sus orígenes no sólo nos permite adentrarnos más en la gracia imaginativa de Kenyon, sino también en la definitiva puesta en duda sobre tantos dogmas, venidos ellos –qué duda cabe- desde confines tan delirantes y fantásticos como el mismísimo Omniverso. A esperar el segundo el libro.

domingo, 7 de junio de 2009

Terminator Salvation (2009, McG) + Terminator/Cameron Radio Dossier


La buena vuelta
de las máquinas


Terminator: La Salvación
(Terminator Salvation)
EE.UU./Alemania/Inglaterra, 2009
Dirección: McG. Guión: John D. Brancato, Michael Ferris. Fotografía: Shane Hurlbut. Música: Danny Elfman. Montaje: Conrad Buff. Intérpretes: Christian Bale, Sam Worthington, Moon Bloodgood, Helena Bonham Carter, Michael Ironside, Anton Yelchin. Duración: 115 minutos.



Allí donde uno no esperaba ver nada más que otra de las tantas recurrencias temáticas –y de franquicia- de Hollywood, ocurre, sorpresivamente, algo distinto. Porque la cuarta entrega de Terminator (serie que, para muchos y por justicia, concluye en su segunda parte) es capaz de olvidar, para superar, su tercer y triste capítulo, más una acción que se retoma y que genera, de paso, un vuelco narrativo con posibilidades de proseguir.
El argumento de Terminator: La Salvación nos sitúa ahora en pleno futuro, aquél que presagiara la primera y gran entrega de James Cameron, filmada en 1984, con atisbos fugaces y buenísimos sobre máquinas rebeladas y humanos sometidos. Era Kyle Reese (Michael Biehn) el encargado de venir a proteger, desde el mañana, la vida de la madre del futuro líder de la resistencia: John Connor. Elementos centrales para toda la mitología que este primer film diera a lugar, también por medio de una serie televisiva endeble y una extensa serie de historietas con mucha mejor suerte.
Terminator: La Salvación es capaz de sobrellevar el legado argumental y, lo mejor de todo, reformularlo. El cuarto capítulo se vuelve una fantasía científica de rasgos hardboiled; en otras palabras, una ciencia ficción dura, bélica, con un líder falible y sujeto a caprichos militares: allí, para el caso, citar la vuelta a la pantalla del rostro granítico de Michael Ironside.
El John Connor de Christian Bale se encuentra en el medio de diferentes subtramas: el asedio de Skynet, su esposa embarazada, un padre (Kyle Reese) al que salvar para dar razón cíclica a los cuatro films, más una némesis robótico-humana que guarda rasgos muy similares al más famoso de los terminators. Razones por las cuales, asistiremos a una revisión por momentos lúdica –con vuelta musical de Guns n’ Roses también- sobre la serie fílmica y los recuerdos del espectador.
Pero lo que potencia a esta nueva entrega es, como decíamos, la capacidad de reformular el mito. Salvación es una nueva brecha por la que hacer circular el relato, capaz tanto de diferenciarse de los paradigmáticos films primeros como, repitamos, de la nefasta –y schwarzeneggeriana- tercera parte. Connor, por fin, asiste a su destino prometido y, lejos de artilugios tecnológico-digitales alla transformers, este Terminator está mucho más cercano al espíritu industrial y mecánico que originalmente lo animara.
Campos de concentración donde los humanos son almacenados, naves vigías, máquinas robot de rostros ceñudos, un planeta por fin desvastado, humanos huraños y comida escasa, más una tonalidad fotográfica sepia y terrosa, capaz de emular un futuro ya viejo y distópico. Todos ellos elementos, convengamos, que la ciencia ficción ha trabajado una y otra vez, pero que, por lo menos, acompañan de manera certera lo que podría haber sido otro film olvidable.



Más:
Terminator Radio Dossier:
de Cameron a Bale



Intervienen: Fiorucci, Bendersky, Arteaga, Milano, Tolj
Linterna Mágica (12/06/2009)

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Por fin viuda (2008, Isabelle Mergault)


Una comedia para el bostezo


Por fin viuda
(Enfin veuve)
Francia, 2008
Dirección: Isabelle Mergault. Guión: Jean-Pierre Hasson, Isabelle Mergault. Fotografía: Philippe Pavans de Ceccatty. Montaje: Véronique Parnet. Música: Étienne Perruchon. Intérpretes: Michèle Laroque, Jacques Gamblin, Wladimir Yordanoff, Tom Morton, Valérie Mairesse. Duración: 93 minutos.



No concuerdo con la necesidad de vincular, para descalificar globalmente, el film del que aquí hablaremos con las características estéticas y temáticas de otros –casi- similares. Sin dudas, dicha semejanza puede establecerse desde el género y la nacionalidad. Es así que el cine francés de los últimos años se preocupa por cultivar una comedia proclive a un tipo de humor de situaciones, las más de las veces -quizá- ligadas a ámbitos burgueses aunque, también, acorde con problemáticas mayores, no exclusivas de este entorno.
En este contexto fílmico, podemos precisar títulos tales como El restaurant, El invitado, Mi otro yo, Mi mejor amigo, todos ellos con el protagónico del gran Daniel Auteuil. Podremos, decíamos, descubrir similitudes como las que señaladas, pero también encontrar desemejanzas, puesto que Por fin viuda adolece, a diferencia de estos films, de un contagiante tratamiento humorístico y, por el otro, tal vez se deba a la identificación plena que la película hace, por medio de su personaje principal, con el modo de vida burgués. (También podríamos, por qué no, distinguir la abulia burguesa como una suerte de tinte crítico, pero no forcemos demasiado lo poco que la realizadora Isabelle Mergault nos ofrece).
Por fin viuda remite al deseo oculto, prontamente cierto, de Anne-Marie (Michèle Laroque), esposa de un adinerado cirujano de estética femenina. La vida de amor paralelo le planteará a Anne-Marie, dadas las circunstancias, una decisión crucial. Y aquello que pareciera ser la solución repentina a tanta indecisión culminará por ser, paradójicamente, el mayor de los entuertos. La casa de la mujer se llenará de familiares y amigos preocupados por su ánimo de viuda reciente, a la vez que imposibilitan sus movimientos y cercan la revelación de la inminente fuga con su amante.
Pero lo que podría generar situaciones de tensión, humor y, cómo no, suspense, culmina por revertir en una sucesión ordenada de escenas con algunos momentos para la risa mínima y los lugares reiterativos (el hijo pesado y edípico, la vieja alcohólica del bar, el suegro con Alzheimer, etc.). Todas excusas para prolongar la ya de por sí excusa que significa el argumento del film.
En suma, nos encontramos con un entretenimiento ligero y, aquí sí precisemos, aburrido por burgués. Vuelvo, por ello, sobre el primer párrafo. Aún cuando los films que señalábamos coincidan, por cinematografía, en género y elementos estéticos, existen en ellos motivos que desbordan los límites del planteo y persisten en la retina: la amistad, la soledad o el desempleo como temáticas; más el uso y la construcción del gag de manera verosímil. Todos estos títulos, además, con el beneficio que significa la presencia y gesticulación admirable de Daniel Auteuil. En Por fin viuda no hay nada de ello, sólo una comedia mediocre y proclive a los bostezos.