domingo, 26 de abril de 2009

El colectivo (2009, Edhasa), de Eugenia Almeida. Entrevista con la autora.


Colectivo indiferente,
personas indiferentes



El colectivo
Eugenia Almeida
Edhasa
Buenos Aires
2009
Argentina: $ 32.00

Resto del mundo: U$S 10.67


En El ángel exterminador (1962), Luis Buñuel dejaba que su peculiar fauna de personajes fuese víctima de sí misma. Luego de la fiesta, en aquel film nadie salía de la casa y nadie se preguntaba o cuestionaba lo que ocurría. Simplemente, continuaban con las nuevas reglas. Se naturalizaba lo extraño. Algo de ello, pude uno asociar, ocurre también en el pueblo pequeño de El colectivo, donde Eugenia Almeida (Córdoba, 1972) nos cuenta, entre otras cosas, cómo el colectivo –de repente y sin explicaciones- deja de parar a la entrada, así como la barrera de ferrocarril queda baja sin trenes que la justifiquen.
Un grupo de personas de todos los días, trabajadoras, curiosas –algunas- y prejuiciosas –muchas- son los partícipes de esta historia de rumores y, sobre todo, amaneceres oscuros. Son estos pequeños elementos –el colectivo que pasa de largo, el paso vedado- los que anuncian, por ello, tiempos extraños. El comisario no termina de entender lo que ocurre, las versiones respecto del prófugo no son claras, tampoco el proceder correspondiente, pero decide seguir fiel a su línea jerárquica. De todos modos, la mano quemada por distracción, roja y sensible, ya no puede saludar al militar superior. Es 1976. Pequeños gestos, síntesis mayúsculas.
Serán varios los que allí continúen con su hacer cotidiano como si nada raro ocurriese, donde los mensajes de radio dan informaciones encontradas, y donde las comadronas de barrio sabrán resolver tanta bataola desde su labia infame. Pero hay alguien a quien su salida demorada se le está volviendo estadía, mientras un grupo numeroso, como si se tratase de un espectáculo fellinesco, se reúne para ver cómo el colectivo pasa de largo ante su figura de abogado distinguido. Quizá uno de los mejores momentos del libro.
Más una pareja que debe huir, que se atreve a saltar la barrera limítrofe, suerte de fantasmas errantes de quienes se dice y se decide desde las palabras de todos. Cada uno acomodará lo que ocurra de acuerdo con sus costumbres. Pareciera que nada, entonces, se altera. Siempre habrá quien sepa explicar.
También hay una vía que separa mundos, modos de ser y de vivir. Qué escándalo será decidir vivir del otro lado, donde se viste y se habla de formas diferentes, donde se es víctima, dicen, de ladrones sin remedio.
Todo ello como micromundo, como hábitat funcional, como serpiente recién salida del huevo, lista para devorárselo todo.
El colectivo fue distinguido en 2005 con el Premio Internacional Dos Orillas, organizado por el Salón del Libro Iberoamericano de Gijón (España). Se ha publicado en España, Portugal, Grecia, Francia e Italia. Hace poquito leía a Umberto Eco, en su prólogo al Saint-Exupéry de Hugo Pratt, señalar que los escritores escriben para viajar o viajan para escribir. No como juego de palabras, sino como situaciones que se requieren. Así le ha ocurrido a la autora, invitada a participar de distintas actividades internacionales, y presta a la publicación de una segunda novela, La pieza del fondo, a editarse en 2009 por Edhasa y por Editions Métailié (Francia).

Entrevista con Eugenia Almeida
en Linterna Mágica (24/04/2009):
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